Pero ojo, si pensas encontrar en estas líneas un sabio consejo de cómo mantener viva la llama del amor… puede que este no sea el lugar. Aunque un delicioso plato calentito de comida conquista y enamora, estamos acá para hablarte de otra llama, la llama de tu calentador de mesa o como los franceses, -maestros en el amor y la gastronomía- lo llaman; de tu réchaud.
Empecemos. En el arte de recibir, un elemento importante de nuestra hospitalidad es cómo servimos a nuestros invitados y comensales. Todos queremos que nuestros invitados se sientan a gusto y disfruten de las delicias que hemos preparado para ellos. En esto, el factor temperatura, es sumamente importante. El menú de tu evento o encuentro puede tener platos fríos y/o calientes. Lo fundamental es que, si vas a servir platos calientes, estos no lleguen fríos a la mesa, o que, por intentar mantener la comida caliente hasta el momento de servir, ésta se pase su punto. Aunque pueda parecer un tanto complicado, en realidad es muy sencillo. Lo que necesitas es simplemente un calentador de mesa, o réchaud.
Hoy en día existen diferentes modelos de calentadores que pueden ser de gran ayuda en tu próxima cena. Entre ellos encontramos las versiones eléctricas como el Calentador Rectangular Eléctrico Tramontina. Estos generan una temperatura entre 80ºC y 90ºC, y al ser eléctricos, no requieren quemadores. Luego, están también otros modelos más tradicionales, como el Calentador de Mesa Perpetua, que con un sistema de baño maría, mantiene tus comidas a la temperatura ideal. Si sos de los que prefiere este tipo de calentadores para tus alimentos, acá te mostramos cómo encender y mantener la llama encendida:
Vamos paso a paso:
- Una vez que tu comida esté lista, la colocamos dentro de la bandeja del réchaud o calentador de alimentos.
- Luego, hervimos agua caliente y la vertemos en el contenedor o recipiente que está debajo de la bandeja con la comida.
- Para mantener el agua caliente, encendemos el o los quemadores que se encuentran debajo del recipiente con agua. Una de las maneras más prácticas para hacerlo es cargar algodón en estos quemadores, tirarle una tacita de alcohol y luego encender la llama con un fósforo o encendedor. Et voila!
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